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Javier | Javier | |||||||||||||
Iñaki | Iñaki | |||||||||||||
Paco | Paco | |||||||||||||
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«El autocar llega justo en el momento en que Marta asoma por la esquina, casi lo pierde. Sube y se sienta al final porque ya viene lleno. Está ahogada. Le avergüenza su respiración sonora en el silencio de aquel autocar. Nadie habla. Todos dormitan. La única satisfacción que va a tener a lo largo de la mañana va a ser precisamente esos tres cuartos de hora de autocar, calentita, sin preocuparse por el tráfico, tan sólo permanecer recostada en el asiento, dejando el cuerpo relajado hasta quedar en un entresueño magnífico y reconfortante. “Si él no se fuera de juerga cada noche después de salir de trabajar Elena comería a su hora y yo también, pero sobre todo la niña se dormiría pronto. Imagínate por un momento que la pequeña se durmiera a las nueve de la noche, como todo ser humano a su edad, pero no, se despierta a la una de la tarde y se duerme alrededor de las dos de la madrugada, y yo me levanto a las seis y cuarto. ¡Dios mío, duermo entre cuatro y cinco horas al día!, sólo eso, y encima cuando llega su excelencia, con el sexo en pleno apogeo, pretende que me ponga a hacer el amor rompiendo mi escaso sueño. Tan sólo hacemos el amor una vez a la semana, cuando él libra, la única noche que estamos juntos, y para más inri, como tiene el sueño cambiado, en vez de charlar y quedarnos dormidos en un abrazo, se levanta y se va a leer al salón. Hemos hablado mil veces de nuestro problema, pero se cabrea y al final siempre consigue hacerme callar porque me vuelve loca. Dice que él por mí lo dejó todo, pero ¿qué dejó? Dejó un trabajo esporádico de submarinista —¡qué bien suena esa palabra!—. No era un trabajo magnífico como el de Cousteau, no, él construía emisarios de doscientos metros, es decir, colocaba tuberías para soltar la mierda de la ciudad al mar. Ni siquiera era un trabajo seguro, tres meses en Málaga y seis parado, dos en Palma y tres parado. ÉL se sacrificó, dice, se sacrificó por mí y se quedó en una ciudad que odia, por eso necesita divertirse con sus amigos para, al menos, pasar buenos ratos en esta ciudad que le agobia. Echa de menos el mar, ¿y quién no? Echa de menos el sol, el tirarse en la playa antes, durante y después de trabajar, ¿y quién no? ¿Acaso a mí me gusta mi trabajo? Yo lucho para conseguir algo mejor. Trabajo y estudio una carrera y nadie sabe lo que me está costando. Las escasas horas que duermo a veces se ven asaltadas por pesadillas en las que veo que nunca acabo, que jamás apruebo, que tengo que presentar trabajos y no los puedo terminar, que tengo exámenes y no llego a presentarme porque él está de juerga y no aparece. Y son sueños reales, ésa es mi verdad. En la facultad ningún profesor me conoce, y me salvan dos compañeros que me pasan apuntes porque saben que trabajo y tengo una niña, y encima, para colmo, él no entiende que alguien ofrezca algo a cambio de nada. Cree que de alguna forma les pago su ayuda, es un cabrón.”
»A las tres, Marta salió del trabajo. Mientras volvía a casa, de nuevo en el autocar, esbozó una leve sonrisa. “Hoy es martes y Andrés libra. Toda la tarde para los tres y, con un poco de suerte, parte de la noche los dos juntos aunque eso repercuta en mi propio sueño. Dormiré menos de cuatro horas, pero da igual.” Un pensamiento cotidiano ensombreció su sonrisa, al llegar se encontraría las persianas bajadas, las luces encendidas, los olores, la comida sin hacer. “No importa, no importa. Hoy no me enfadaré, al fin y al cabo es un día especial. Arreglaremos la casa entre los dos, haremos la comida, incluso podría echarme una siestecita para así estar luego despejada, ¡por un día que la niña no vaya al parque da igual! —la soledad de las madres en los parques es indescriptible—.”
»La tarde se desarrolló apacible. No hubo siesta porque era demasiado maravilloso estar los tres juntos, Marta no quiso desperdiciar el tiempo.
»Después de que la niña se durmiera se metieron en la cama como los amantes añejos que se aborrecen y se aman, y a los que la mayoría de las veces les embarga la indiferencia o el cansancio.
»Él se levantó porque no tenía sueño.
»—Andrés, se nos ha olvidado bajar la basura y te lo he dicho varias veces esta tarde. Yo estoy harta de bajarla cada día.
»—Ya sé, ya sé que cuando libro me toca a mí. No te preocupes que lo haré. Duerme. Te cierro la puerta para que te duermas —Marta no oyó más, cayó en un sueño profundo.
»A las cinco de la madrugada se despertó con unas inmensas ganas de ir al baño. Fue entonces cuando se dio cuenta de que Andrés no estaba. ¡Las cinco de la mañana y Andrés no estaba! Recordó que le había pedido que bajara la basura. “¿Pero qué es esto, las cinco y no ha bajado la basura?” Esperó un rato en el salón fumando. Los minutos pasaban y él no subía. Empezó a ponerse nerviosa.»
Copyright © | Edith Checa, 1995 |
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Por la misma autora | |
Fecha de publicación | Septiembre 1998 |
Colección | Narrativas globales |
Permalink | https://badosa.com/n052-p05 |
Me llama sobre todo la atención, en una rápida, fragmentaria y desordenada (?) lectura, la nitidez del texto. La capacidad de los fragmentos para insinuar partes decisivas de la historia. Lo cuidado de la edición (para lo que se estila por estos pagos, un lujo). Y lo cercano de la experiencia que se narra.
Seguiría leyendo, pero son las 6:18 de la mañana; la lentilla de mi ojo izquierdo es como un pulpo mucilaginoso, y además, mañana (¿hoy?) tengo tareas... Pero prometo volver, para quedarme hasta el final. De momento, te (me) doy la enhorabuena: ha sido un placer descubrirte.
Hacía algún tiempo que no sentía la cercanía de una historia, y Edith me la ha hecho sentir, no sólo eso, sino la maravillosa sensación de que, afortunadamente, siguen existiendo pinceladas de innovación en este intrincado mundo de la literatura; un nuevo soporte no llega a ser innovador sin una historia que subyugue, y ésta lo consigue...
He leído esta novela dos veces, me impresionó muchísimo, hasta que he decidido traducirla. Soy rusa, vivo en San Petersburgo y estudio el español. La traducción casi la he terminado, lo único que quiero es que mi familia y mis amigos puedan leer esta novela también, porque de verdad que merece la pena hacerlo.
No había leído una novela de este tipo y me impresionó. Las tres historias se pueden leer perfectamente aparte pero creo que el orden sí se debe llevar y me parece que sería bueno que se aclarara eso al lector.
Me gustó mucho la manera de mostrar los sentimientos de cada uno aunque considero que se debió definir un poco mejor a cada personaje porque al final parece que hablan igual.
Es una excelente novela y me ayudó a pasar un día en mi trabajo mucho más constructivamente que otros tantos.
Estoy estudiando los hipertextos en profundidad para mi doctorado. Es una historia que empieza por el final, por la muerte de la protagonista y narra los sentimientos que produce esta muerte en tres hombres importantes en su vida. Bien, es un comienzo, cuesta mucho leer un hipertexto entero. Otro día más, dejo aquí lo que en un libro impreso sería mi separador.
Me gusta el formato y tamaño de letra que ha elegido la autora, es cansado para mis ojos anclados en la era Gutemberg leer en la pantalla del ordenador y este hipertexto es cómodo, también me gusta su narración poética y la traslación de meterse en el pensamiento de tres hombres importantes en la vida de una mujer. ¡Felicidades, a por otro hipertexto!
Psché, yo y mis amigos con unas copas de más en el sábado noche se nos ocurren historias mucho más originales de ésta, que tiene cualquier mérito menos la originalidad.
Realmente estuvieron buenas estas palabras. Qué ganas de haberle dicho esas palabras en el momento adecuado. Pero al fin las he encontrado y me he emocionado hasta las lágrimas. Creo que tomaré prestadas algunas frases que no supe decir en aquellos momentos. Seguiré leyendo.
Sencillamente extraordinaria. Me fascina la técnica de lectura no lineal, creo que a esto lo llaman hipertexto. Felicitaciones por todo.
En la última parte, la de Javier, he llorado como no lo hacía desde hace mucho tiempo. Tal vez porque me ha ido preparando emocionalmente con esos versos tristes durante todo el relato, desde Paco, pasando por Iñaki, hasta Javier... como si fuera el trayecto de una vida hacia la "felicidad". Muy buen relato.
Me gusta la forma con la cual el autor expresa cada idea, cada sentimento y cada sensación haciendo que el texto adquiera algo distinto a los demás y la forma en la cual se mezclan las ideas formando algo distinto.
Me gustó mucho ya que este tipo de lecturas son muy interesantes ya que no nada más vez la versión de un personaje si no muchos personajes mas. también es muy bueno ya que, puedes ver cualquier capitulo o fragmento y sigue teniendo el mismo sentido por que hablan de una idea central, que en este caso es la muerte de una persona, sea donde sea el capitulo que leas si le vas a entender, mientras que en los libros no puedes hacer eso. EXCELENTE!!!! ME ENCANTÓ EN VERDAD!!!!
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