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Javier | Javier | |||||||||||||
Iñaki | Iñaki | |||||||||||||
Paco | Paco | |||||||||||||
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Ya podían haber elegido otra hora. Menos mal que al final no me ha dado a los niños, si no, no hubiera podido venir. Aunque mejor sería que no hubiera venido porque no tengo ganas de encontrarme otra vez con la familia. Sí, pero quedaría mal con Mirian y Teresa y todo el grupo. Esto está lleno. Allí están. Mirian tiene mejor cara, pero Teresa está fatal. Al verme se serena un poco.
«¿Qué hay, Iñaki? ¿Qué tal estás?»
«Bien, bien. Bueno, ¿cómo voy a estar?, es horrible. Es horrible»
Me mira como si buscara en mis ojos lástima. ¡Qué manía tiene la gente en ser masoquista! ¡Qué morbo tiene esto de la muerte para la mayoría de las mujeres! Escruta mis ojos buscando una lágrima. ¿Por qué voy a llorar? Me da pena la chica, pero la vida es así. A ella le ha tocado antes que a los demás. A todos nos tocará algún día.
Parece que esto no se mueve. Son casi las seis, deberíamos pasar a la iglesia cuanto antes. Espero que sea rápido. No aguanto las misas largas y menos aún los funerales largos. Mirian me coge del brazo.
«¿Cómo estás, Iñaki?»
¡Qué manía le ha dado a todo el mundo por preguntarme lo mismo!
«Estoy bien, es una pena, pero estoy bien.»
«Ella te quería mucho Iñaki»
Bueno, bueno, ella me quería a su manera, un poco histérica. Absorbente. Celosa sin que hubiera nada entre nosotros. Menos mal que no pasamos de ser más que amigos, si no me engulle como una Mantis religiosa.
«¡Venga Mirian!, ella también te quería a ti y seguro que no le gustaría verte sufrir.»
Me suelta y se abraza a Teresa.
Por fin, entramos. Allí está el cofre con las cenizas. Todo está lleno de flores, de margaritas, claro. Es demasiado folclórico tanto colorido, demasiado para mi gusto. Era un poco folclórica en todo. Muy pasional y visceral, nada comedida. Lógicamente los que la rodean han hecho lo propio, recargar el altar de margaritas de mil colores. Flores blancas es lo propio.
El cura comienza a hablar. Hay dos curas. Esto tiene visos de alargarse demasiado. El viernes tengo que prestar declaración en el juzgado 27 y no tengo casi nada preparado. El 27, el 35, el 15. Ya van ocho juzgados en los que llevan las denuncias de mi ex. Supongo que Isabel ha estado haciendo Primitivas con todos estos números cada semana, me juró que lo hacía y que estaba segura de que algún día iba a tocar. A lo mejor lo hago yo. Lo mismo me toca. No, es una tontería, no me tocará nunca.
«Isabel», retumba el nombre en el silencio de la iglesia. Estoy en el funeral de Isabel. Isabel ha muerto. Nunca volveré a verla: su risa, sus carcajadas. Se le saltaban las lágrimas con tanta risa. Era contagiosa. Todo en ella era contagioso, incluso la ternura. Besaba sus brazos desnudos cuando apagaba la luz para dormirnos. ¡Basta, basta! Tengo que organizar mis papeles. Es domingo, me quedan horas hasta que me acueste. Son las seis y veinte. Vamos a ver: si salimos de aquí... algunos saludos en la puerta... y como he traído la moto... a las siete y media, ocho, estoy en casa. Menos mal que no tengo a los niños. Mi ex por una vez me ha hecho un favor. ¿Y si algún día me preguntan por ella? ¿Qué les voy a decir? Isabel a muerto. La han incinerado. Sus cenizas, lo que queda de ella, las van a tirar al mar Cantábrico, en Llanes. Isabel es un puñado de cenizas: su piel, sus labios. Sus ojos no, sus ojos son de otro. Eran verdes como el Cantábrico, como las hojas de los tilos que tanto amaba antes de amarillear en el otoño. Hablo como ella. Tengo que recoger dos cartas certificadas, una es del Ayuntamiento, multa segura; otra del juzgado. Estoy harto de tanto papel y tanto lío.
Oigo gemidos, hay gente que llora. Un cura dice que van a leer una carta que ha dejado Isabel para su funeral. ¡Ha dejado escrita una carta! Me dan miedo sus cartas, miente, miente siempre. ¿Qué va a decir? Espero que no se le haya ocurrido nombrarme para nada. Estaba obsesionada conmigo, no creo que tenga la desfachatez de dejarme en ridículo delante de todos los amigos y familiares. Hace calor, me sudan las manos, tengo taquicardia. Me siento mal. Hace que me sienta mal hasta en el último momento. Me lo ha hecho pasar mal desde que la conocí y ahora también. ¿Qué vas a decir, Isabel? Sí, estás ahí, en cenizas, pero estás. ¿Qué pretendes hacer después de muerta? ¿No serás capaz de machacarme delante de todos? Te gustaría, lo sé. Como mi ex, como todas. Teresa me observa, Mirian también. ¡Todos me miran! No, no, nadie me mira. Respira profundamente. Nadie se percata de que estás. Yo no he sido más que un simple amigo de Isabel, ¿por qué iba a decir algo sobre mí en la carta que van a leer? Sus cartas son terribles. Será la típica despedida de los que van a morir, nos va a hacer llorar un poco y nada más. Os quiero a todos, os amo. Os cuidaré desde el cielo. Respira, respira. Sus brazos eran tiernas almohadas, yo los besaba. ¡Basta!, ¡Basta!
Copyright © | Edith Checa, 1995 |
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Por la misma autora | |
Fecha de publicación | Junio 1998 |
Colección | Narrativas globales |
Permalink | https://badosa.com/n052-i02 |
Me llama sobre todo la atención, en una rápida, fragmentaria y desordenada (?) lectura, la nitidez del texto. La capacidad de los fragmentos para insinuar partes decisivas de la historia. Lo cuidado de la edición (para lo que se estila por estos pagos, un lujo). Y lo cercano de la experiencia que se narra.
Seguiría leyendo, pero son las 6:18 de la mañana; la lentilla de mi ojo izquierdo es como un pulpo mucilaginoso, y además, mañana (¿hoy?) tengo tareas... Pero prometo volver, para quedarme hasta el final. De momento, te (me) doy la enhorabuena: ha sido un placer descubrirte.
Hacía algún tiempo que no sentía la cercanía de una historia, y Edith me la ha hecho sentir, no sólo eso, sino la maravillosa sensación de que, afortunadamente, siguen existiendo pinceladas de innovación en este intrincado mundo de la literatura; un nuevo soporte no llega a ser innovador sin una historia que subyugue, y ésta lo consigue...
He leído esta novela dos veces, me impresionó muchísimo, hasta que he decidido traducirla. Soy rusa, vivo en San Petersburgo y estudio el español. La traducción casi la he terminado, lo único que quiero es que mi familia y mis amigos puedan leer esta novela también, porque de verdad que merece la pena hacerlo.
No había leído una novela de este tipo y me impresionó. Las tres historias se pueden leer perfectamente aparte pero creo que el orden sí se debe llevar y me parece que sería bueno que se aclarara eso al lector.
Me gustó mucho la manera de mostrar los sentimientos de cada uno aunque considero que se debió definir un poco mejor a cada personaje porque al final parece que hablan igual.
Es una excelente novela y me ayudó a pasar un día en mi trabajo mucho más constructivamente que otros tantos.
Estoy estudiando los hipertextos en profundidad para mi doctorado. Es una historia que empieza por el final, por la muerte de la protagonista y narra los sentimientos que produce esta muerte en tres hombres importantes en su vida. Bien, es un comienzo, cuesta mucho leer un hipertexto entero. Otro día más, dejo aquí lo que en un libro impreso sería mi separador.
Me gusta el formato y tamaño de letra que ha elegido la autora, es cansado para mis ojos anclados en la era Gutemberg leer en la pantalla del ordenador y este hipertexto es cómodo, también me gusta su narración poética y la traslación de meterse en el pensamiento de tres hombres importantes en la vida de una mujer. ¡Felicidades, a por otro hipertexto!
Psché, yo y mis amigos con unas copas de más en el sábado noche se nos ocurren historias mucho más originales de ésta, que tiene cualquier mérito menos la originalidad.
Realmente estuvieron buenas estas palabras. Qué ganas de haberle dicho esas palabras en el momento adecuado. Pero al fin las he encontrado y me he emocionado hasta las lágrimas. Creo que tomaré prestadas algunas frases que no supe decir en aquellos momentos. Seguiré leyendo.
Sencillamente extraordinaria. Me fascina la técnica de lectura no lineal, creo que a esto lo llaman hipertexto. Felicitaciones por todo.
En la última parte, la de Javier, he llorado como no lo hacía desde hace mucho tiempo. Tal vez porque me ha ido preparando emocionalmente con esos versos tristes durante todo el relato, desde Paco, pasando por Iñaki, hasta Javier... como si fuera el trayecto de una vida hacia la "felicidad". Muy buen relato.
Me gusta la forma con la cual el autor expresa cada idea, cada sentimento y cada sensación haciendo que el texto adquiera algo distinto a los demás y la forma en la cual se mezclan las ideas formando algo distinto.
Me gustó mucho ya que este tipo de lecturas son muy interesantes ya que no nada más vez la versión de un personaje si no muchos personajes mas. también es muy bueno ya que, puedes ver cualquier capitulo o fragmento y sigue teniendo el mismo sentido por que hablan de una idea central, que en este caso es la muerte de una persona, sea donde sea el capitulo que leas si le vas a entender, mientras que en los libros no puedes hacer eso. EXCELENTE!!!! ME ENCANTÓ EN VERDAD!!!!
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