https://www.badosa.com
Publicado en Badosa.com
Portada Biblioteca Novelas Narrativas globales

Como el cielo los ojos

Paco 3

Edith Checa
Tamaño de texto más pequeñoTamaño de texto normalTamaño de texto más grande Añadir a mi biblioteca epub mobi Permalink Ebook MapaLlanes
Tabla de navegación de la novela hipertextual
12345678910111213
JavierJavier 1Javier 2Javier 3Javier 4Javier 5Javier 6Javier 7Javier 8Javier 9Javier 10Javier 11Javier 12Javier 13Javier
IñakiIñaki 1Iñaki 2Iñaki 3Iñaki 4Iñaki 5Iñaki 6Iñaki 7Iñaki 8Iñaki 9Iñaki 10Iñaki 11Iñaki 12Iñaki
PacoPaco 1Paco 2Paco 3Paco 4Paco 5Paco 6Paco 7Paco 8Paco 9Paco 10Paco 11Paco
12345678910111213

¡Qué carta más bonita!, lo sabía. Ha conseguido hacerme llorar. Cuando nos casamos me leía relatos y poemas. A mí no se me daba bien eso de entender el significado de la poesía pero ella me lo explicaba... hay que desmenuzar el poema para entenderlo, pero con el corazón, no con la cabeza, la poesía no se entiende más que con el corazón... Durante los cinco años que vivimos juntos me animó a que leyera, y leí bastante, nunca a su ritmo por supuesto. Le gustaba compartir las lecturas conmigo. Me hacía pensar sobre lo que el autor quería decir con aquello. Podíamos estar horas hablando, frente a frente, sobre la cama con las piernas cruzadas. Al hablar elevaba las cejas y abría mucho los ojos como si yo fuera un niño al que hay que contarle las cosas con entusiasmo para que se entere. Hablaba con los ojos, también con su modulada voz que sabía manejar a su antojo: ahora subía el tono, ahora susurraba para que pusiera más atención. Mi afición a leer se esfumó cuando nos separamos, así que tanto interés y entusiasmo por su parte no sirvió de nada.

Parece que nos vamos a quedar aquí y que la gente irá acercándose para saludarnos. Mi niña está mejor. Todos estamos bien. Algunas personas me miran extrañadas, sé que cotillean, saben que soy el ex. ¿Y a mí qué me importa? Soy el ex pero siempre nos hemos llevado bien. Cinco años de novios y cinco de casados dan privilegios. Ella fue más mía que de todos los que están aquí juntos, exceptuando claro a mi hija y su familia directa, su única familia porque no tenía más. Siempre se quejaba de que eran pocos, sólo dos hermanos, su madre, su tía y la nena. Sin primos, ni sobrinos. Menos mal, me dijo un día, y se le saltaban las lágrimas, que tengo un sobrino... ¡postizo! Lo decía por mi sobrino, el hijo de mi hermana.

Cada persona nos saluda a su manera, son amables. Algunos están realmente tristes. Hay algunas pibas que no están mal aunque ya son mayorcitas, como ella. Nada, ninguna es mi tipo, son demasiado mayores para mi gusto. Veinteañeras ni una. En la cola hay una pibita, ¿a ver, a ver? ¡Bah!, cómo no, acompañada. Un tío le tiene el brazo echado por los hombros, la ha besado en la oreja. Me da la mano, la miro a los ojos y noto que se estremece, ¡macho, si esto no fuera un funeral iba a durar muy poco esta tía a tu lado!

Me estoy cansando de tanta mano y tanta leche. ¡Qué de gente! ¡Vaya, lo que me faltaba!, un imbécil con cara de suficiente que me mira de mala gana y me aprieta la mano como para triturármela. Estoy a punto de romperle el pescuezo aquí mismo. Le voy a dar dos hostias como no pare de mirarme así. ¿Pero de qué vas tío?, ¿por qué me miras? ¡Qué cabrón! Qué autosuficiencia, un estirao de mierda, seguro que un compañero de trabajo, de esos que se creen algo porque tienen un título. Mucho título y ¡mucha polla-floja! Me estoy hartando. Quiero terminar de una vez con esta mierda.

Todo el montaje de la muerte de Isabel se me está haciendo eterno. No sé si decirle a mi suegra que la niña y yo no vamos a lo de las cenizas. ¡Vaya capricho! Encima la madre dice que, en la carta que le ha dejado, propone que si resulta muy complicado y costoso tirar las cenizas en Llanes que las metan en un pequeño nicho, que no le importa demasiado. Pero nada, la madre está empeñada en esparcir las cenizas sobre el mar, así que no hay nada que hacer. Sólo deseo de una vez por todas irme ya con la niña. Está hecha polvo. No sé cómo voy a lograr arrancarla de esta casa. Cuando le he dicho que nos vamos nada más volver del norte y que vendemos o damos las cosas que hay aquí se ha vuelto loca. Lloraba y gritaba histérica, no quiere vender nada, ni regalar nada, dice que ésta es su casa y que no piensa deshacerse de nada. Encima tengo que llevarme a las dos gatas siamesas porque eran de su madre y de ella. No sé qué voy a hacer.

Tabla de navegación de la novela hipertextual
12345678910111213
JavierJavier 1Javier 2Javier 3Javier 4Javier 5Javier 6Javier 7Javier 8Javier 9Javier 10Javier 11Javier 12Javier 13Javier
IñakiIñaki 1Iñaki 2Iñaki 3Iñaki 4Iñaki 5Iñaki 6Iñaki 7Iñaki 8Iñaki 9Iñaki 10Iñaki 11Iñaki 12Iñaki
PacoPaco 1Paco 2Paco 3Paco 4Paco 5Paco 6Paco 7Paco 8Paco 9Paco 10Paco 11Paco
12345678910111213
Tabla de información relacionada
Copyright ©Edith Checa, 1995
Por la misma autora RSS
Fecha de publicaciónJulio 1998
Colección RSSNarrativas globales
Permalinkhttps://badosa.com/n052-p03
Opiniones de los lectores RSS
Su opinión
Cómo ilustrar esta obra

Además de opinar sobre esta obra, también puede incorporar una fotografía (o más de una) a esta página en tres sencillos pasos:

  1. Busque una fotografía relacionada con este texto en Flickr y allí agregue la siguiente etiqueta: (etiqueta de máquina)

    Para poder asociar etiquetas a fotografías es preciso que sea miembro de Flickr (no se preocupe, el servicio básico es gratuito).

    Le recomendamos que elija fotografías tomadas por usted o del Patrimonio público. En el caso de otras fotografías, es posible que sean precisos privilegios especiales para poder etiquetarlas. Por favor, si la fotografía no es suya ni pertenece al Patrimonio público, pida permiso al autor o compruebe que la licencia autoriza este uso.

  2. Una vez haya etiquetado en Flickr la fotografía de su elección, compruebe que la nueva etiqueta está públicamente disponible (puede tardar unos minutos) presionando el siguiente enlace hasta que aparezca su fotografía: mostrar fotografías ...

  3. Una vez se muestre su fotografía, ya puede incorporarla a esta página:

Aunque en Badosa.com no aparece la identidad de las personas que han incorporado fotografías, la ilustración de obras no es anónima (las etiquetas están asociadas al usuario de Flickr que las agregó). Badosa.com se reserva el derecho de eliminar aquellas fotografías que considere inapropiadas. Si detecta una fotografía que no ilustra adecuadamente la obra o cuya licencia no permite este uso, hágasnoslo saber.

Si (por ejemplo, probando el servicio) ha añadido una fotografía que en realidad no está relacionada con esta obra, puede eliminarla borrando en Flickr la etiqueta que añadió (paso 1). Verifique que esa eliminación ya es pública (paso 2) y luego pulse el botón del paso 3 para actualizar esta página.

Badosa.com muestra un máximo de 10 fotografías por obra.

Badosa.com Concepción, diseño y desarrollo: Xavier Badosa (1995–2023)