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Javier | Javier | |||||||||||||
Iñaki | Iñaki | |||||||||||||
Paco | Paco | |||||||||||||
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¡Qué carta más bonita!, lo sabía. Ha conseguido hacerme llorar. Cuando nos casamos me leía relatos y poemas. A mí no se me daba bien eso de entender el significado de la poesía pero ella me lo explicaba... hay que desmenuzar el poema para entenderlo, pero con el corazón, no con la cabeza, la poesía no se entiende más que con el corazón... Durante los cinco años que vivimos juntos me animó a que leyera, y leí bastante, nunca a su ritmo por supuesto. Le gustaba compartir las lecturas conmigo. Me hacía pensar sobre lo que el autor quería decir con aquello. Podíamos estar horas hablando, frente a frente, sobre la cama con las piernas cruzadas. Al hablar elevaba las cejas y abría mucho los ojos como si yo fuera un niño al que hay que contarle las cosas con entusiasmo para que se entere. Hablaba con los ojos, también con su modulada voz que sabía manejar a su antojo: ahora subía el tono, ahora susurraba para que pusiera más atención. Mi afición a leer se esfumó cuando nos separamos, así que tanto interés y entusiasmo por su parte no sirvió de nada.
Parece que nos vamos a quedar aquí y que la gente irá acercándose para saludarnos. Mi niña está mejor. Todos estamos bien. Algunas personas me miran extrañadas, sé que cotillean, saben que soy el ex. ¿Y a mí qué me importa? Soy el ex pero siempre nos hemos llevado bien. Cinco años de novios y cinco de casados dan privilegios. Ella fue más mía que de todos los que están aquí juntos, exceptuando claro a mi hija y su familia directa, su única familia porque no tenía más. Siempre se quejaba de que eran pocos, sólo dos hermanos, su madre, su tía y la nena. Sin primos, ni sobrinos. Menos mal, me dijo un día, y se le saltaban las lágrimas, que tengo un sobrino... ¡postizo! Lo decía por mi sobrino, el hijo de mi hermana.
Cada persona nos saluda a su manera, son amables. Algunos están realmente tristes. Hay algunas pibas que no están mal aunque ya son mayorcitas, como ella. Nada, ninguna es mi tipo, son demasiado mayores para mi gusto. Veinteañeras ni una. En la cola hay una pibita, ¿a ver, a ver? ¡Bah!, cómo no, acompañada. Un tío le tiene el brazo echado por los hombros, la ha besado en la oreja. Me da la mano, la miro a los ojos y noto que se estremece, ¡macho, si esto no fuera un funeral iba a durar muy poco esta tía a tu lado!
Me estoy cansando de tanta mano y tanta leche. ¡Qué de gente! ¡Vaya, lo que me faltaba!, un imbécil con cara de suficiente que me mira de mala gana y me aprieta la mano como para triturármela. Estoy a punto de romperle el pescuezo aquí mismo. Le voy a dar dos hostias como no pare de mirarme así. ¿Pero de qué vas tío?, ¿por qué me miras? ¡Qué cabrón! Qué autosuficiencia, un estirao de mierda, seguro que un compañero de trabajo, de esos que se creen algo porque tienen un título. Mucho título y ¡mucha polla-floja! Me estoy hartando. Quiero terminar de una vez con esta mierda.
Todo el montaje de la muerte de Isabel se me está haciendo eterno. No sé si decirle a mi suegra que la niña y yo no vamos a lo de las cenizas. ¡Vaya capricho! Encima la madre dice que, en la carta que le ha dejado, propone que si resulta muy complicado y costoso tirar las cenizas en Llanes que las metan en un pequeño nicho, que no le importa demasiado. Pero nada, la madre está empeñada en esparcir las cenizas sobre el mar, así que no hay nada que hacer. Sólo deseo de una vez por todas irme ya con la niña. Está hecha polvo. No sé cómo voy a lograr arrancarla de esta casa. Cuando le he dicho que nos vamos nada más volver del norte y que vendemos o damos las cosas que hay aquí se ha vuelto loca. Lloraba y gritaba histérica, no quiere vender nada, ni regalar nada, dice que ésta es su casa y que no piensa deshacerse de nada. Encima tengo que llevarme a las dos gatas siamesas porque eran de su madre y de ella. No sé qué voy a hacer.
Copyright © | Edith Checa, 1995 |
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Por la misma autora | |
Fecha de publicación | Julio 1998 |
Colección | Narrativas globales |
Permalink | https://badosa.com/n052-p03 |
Me llama sobre todo la atención, en una rápida, fragmentaria y desordenada (?) lectura, la nitidez del texto. La capacidad de los fragmentos para insinuar partes decisivas de la historia. Lo cuidado de la edición (para lo que se estila por estos pagos, un lujo). Y lo cercano de la experiencia que se narra.
Seguiría leyendo, pero son las 6:18 de la mañana; la lentilla de mi ojo izquierdo es como un pulpo mucilaginoso, y además, mañana (¿hoy?) tengo tareas... Pero prometo volver, para quedarme hasta el final. De momento, te (me) doy la enhorabuena: ha sido un placer descubrirte.
Hacía algún tiempo que no sentía la cercanía de una historia, y Edith me la ha hecho sentir, no sólo eso, sino la maravillosa sensación de que, afortunadamente, siguen existiendo pinceladas de innovación en este intrincado mundo de la literatura; un nuevo soporte no llega a ser innovador sin una historia que subyugue, y ésta lo consigue...
He leído esta novela dos veces, me impresionó muchísimo, hasta que he decidido traducirla. Soy rusa, vivo en San Petersburgo y estudio el español. La traducción casi la he terminado, lo único que quiero es que mi familia y mis amigos puedan leer esta novela también, porque de verdad que merece la pena hacerlo.
No había leído una novela de este tipo y me impresionó. Las tres historias se pueden leer perfectamente aparte pero creo que el orden sí se debe llevar y me parece que sería bueno que se aclarara eso al lector.
Me gustó mucho la manera de mostrar los sentimientos de cada uno aunque considero que se debió definir un poco mejor a cada personaje porque al final parece que hablan igual.
Es una excelente novela y me ayudó a pasar un día en mi trabajo mucho más constructivamente que otros tantos.
Estoy estudiando los hipertextos en profundidad para mi doctorado. Es una historia que empieza por el final, por la muerte de la protagonista y narra los sentimientos que produce esta muerte en tres hombres importantes en su vida. Bien, es un comienzo, cuesta mucho leer un hipertexto entero. Otro día más, dejo aquí lo que en un libro impreso sería mi separador.
Me gusta el formato y tamaño de letra que ha elegido la autora, es cansado para mis ojos anclados en la era Gutemberg leer en la pantalla del ordenador y este hipertexto es cómodo, también me gusta su narración poética y la traslación de meterse en el pensamiento de tres hombres importantes en la vida de una mujer. ¡Felicidades, a por otro hipertexto!
Psché, yo y mis amigos con unas copas de más en el sábado noche se nos ocurren historias mucho más originales de ésta, que tiene cualquier mérito menos la originalidad.
Realmente estuvieron buenas estas palabras. Qué ganas de haberle dicho esas palabras en el momento adecuado. Pero al fin las he encontrado y me he emocionado hasta las lágrimas. Creo que tomaré prestadas algunas frases que no supe decir en aquellos momentos. Seguiré leyendo.
Sencillamente extraordinaria. Me fascina la técnica de lectura no lineal, creo que a esto lo llaman hipertexto. Felicitaciones por todo.
En la última parte, la de Javier, he llorado como no lo hacía desde hace mucho tiempo. Tal vez porque me ha ido preparando emocionalmente con esos versos tristes durante todo el relato, desde Paco, pasando por Iñaki, hasta Javier... como si fuera el trayecto de una vida hacia la "felicidad". Muy buen relato.
Me gusta la forma con la cual el autor expresa cada idea, cada sentimento y cada sensación haciendo que el texto adquiera algo distinto a los demás y la forma en la cual se mezclan las ideas formando algo distinto.
Me gustó mucho ya que este tipo de lecturas son muy interesantes ya que no nada más vez la versión de un personaje si no muchos personajes mas. también es muy bueno ya que, puedes ver cualquier capitulo o fragmento y sigue teniendo el mismo sentido por que hablan de una idea central, que en este caso es la muerte de una persona, sea donde sea el capitulo que leas si le vas a entender, mientras que en los libros no puedes hacer eso. EXCELENTE!!!! ME ENCANTÓ EN VERDAD!!!!
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