—¡Ah!, ¿ya me quieren ver muerto?
—Le ruego que no sea irónico doctor, le estoy hablando con el mayor respeto. Simplemente le hago un detalle de los ingredientes legales que tiene el problema, usted después haga lo que quiera... Permítame que le explique la posición de mi mandante, no me parece inadecuada, por el contrario, creo que es justa.
Roberto suspiró profundamente, estaba obligado a continuar escuchando, quería saber qué buscaban Álvez y Juana.
«Debo controlarme», pensó, «¡cómo desearía atrapar a este minúsculo tacaño y destruirlo a golpes! Es un reptil, pero si le hago algo me denunciará, no me conviene, debo tener paciencia, más adelante veré...»
—Bien, Burán, ese legítimo derecho que tiene la criatura por usted engendrada tiene un valor significativo. No puede pretender que renuncie a su condición de heredero sin que se lo compense de algún modo.
—Con mucho dinero, ¿no es verdad? —preguntó Roberto con el rostro encendido.
—No tanto en proporción a su patrimonio, doctor Burán; usted tiene una fortuna estimada como mínimo en seis millones de dólares. Arreglar todo el «paquete», le costaría un millón doscientos mil... Creo que es una oferta tentadora, yo le aconsejo que la acepte. Casi le podría asegurar que después le resultará más onerosa cualquier transacción. Si llegáramos a una conciliación, podríamos suscribir paralelamente los contradocumentos que usted requiera, por supuesto sin comprometer a ninguna de las partes. Incluso podría establecerse alguna garantía a su favor, previendo que en el futuro se produjera un nuevo reclamo. Esto me lo sugirió mi misma representada; demuestra su sana voluntad de terminar aquí el asunto. Créame, Burán, no tiene alternativa. En la actualidad existen procedimientos infalibles para determinar la paternidad. Las pruebas genéticas son tan precisas como una huella digital. No tiene escape, debe aceptar la responsabilidad que le toca.
—Le repito, Allegri, que no tuve jamás relaciones sexuales con su clienta, no estoy dispuesto a dejarme extorsionar. Me ha decepcionado usted como abogado; con el pretexto de cumplir celosamente su deber profesional, no tiene ningún reparo en amparar a dos estafadores. Por lo menos tendría que haberse tomado la molestia de indagar un poco más a su mandante, antes de rechazar tan de plano mi explicación. Abogados como usted mancillan nuestra profesión. A todos nos gusta ganar dinero, pero hay diversas formas de hacerlo; para usted cualquiera es válida.
—¡No le permito...!
—¡Sí que me permite!, ¡cállese y escuche! Me obligan a defenderme y lo haré, pero le voy a dar un consejo, no se olvide de que éste es un asunto personal y de que conmigo no se juega. En primer lugar, una advertencia que deseo le haga llegar a la inmundicia de sus clientes. Si algo me llegara a pasar, a mí o a mi hija, que se aguanten lo que venga. He tomado ya mis precauciones. Dígale a Álvez...
—¡Ya le dije que no lo conozco! —interrumpió Allegri— ¡No le voy a permitir...!
—¡Sí que me va a permitir!, ¡usted me va a escuchar hasta el final!, si no lo hace lo voy a cagar a trompadas, ¡gran hijo de una mala puta! No crea que les va a salir gratis extorsionarme, jugar con mi sangre...
Allegri se puso pálido, temblando, paralizado por el terror.
—Repito, dígale a Álvez y a Juana que si algo me llega a suceder a mí o a Julieta las siguientes víctimas van a ser ellos... Y usted cuídese, no juegue con fuego. Voy a utilizar parte del dinero que ellos quieren sacarme para asegurarme una venganza por si me pasa algo. Puedo asegurarle que si atentan de algún modo contra mi vida, no tendrán mucho tiempo para arrepentirse. Esto dígaselo con pelos y señales. No olvide nada porque voy a cumplir todo lo que he dicho, me va la vida en ello. Por otra parte, aclárele a sus asesorados que jamás, escuche ¡jamás!, voy a transigir con ellos. No pacto con la mierda, la tiro al inodoro. Mi dignidad no se subasta, si pierdo será en la lucha. Pero le aclaro que voy a liquidar todo mi patrimonio, no les va a quedar ni un céntimo que disfrutar, que se olviden de mi sucesión. Conseguir la cuota de alimentos que reclaman les va a costar mucho esfuerzo. Otra cosa: que tengan mucho cuidado con las reiteraciones, si llega a aparecer otro supuesto hijo mío, no tendré piedad con ellos. Estos delincuentes van a aprender a conocer los límites.
Allegri escuchaba sin emitir palabra, petrificado; temía una reacción violenta de Roberto, débil y respetuosamente acotó:
—Pero, doctor Burán, ¡no se ponga así!, ¡comprenda mi situación!, usted también es abogado, tenemos que vivir... No tengo nada contra usted, al contrario, ¿no comprende que estoy cumpliendo un deber?, no me juzgue mal, después de todo le estoy ofreciendo un acuerdo razonable...
—¿Usted llama razonable a un convenio que convalida una defraudación? ¿No entiende que esta gente no ha vacilado en traer ilícitamente un chico al mundo, sólo para enriquecerse? ¡Nunca podría confiar en ellos, sería ingenuo suponer que estos delincuentes van a cambiar! El día de mañana, son capaces de repetir esta historia; el niño puede presentarse en cualquier momento impugnando la paternidad del que lo inscribiera como padre, y reclamando mi reconocimiento. La acción es imprescriptible, tiene toda la vida para demandar.
—Como usted quiera Burán, yo no pretendo obligarlo a nada, simplemente le expreso mi opinión.
—Su opinión es despreciable...
—Entonces, le pido humildemente que se retire; no tenemos más que hablar. Nos veremos en los estrados judiciales, que la justicia decida quién tiene razón.
—No me venga a mí con ese verso, Allegri, ¿de qué justicia me está hablando? Usted bien sabe que me encuentro indefenso, en la imposibilidad de probar que no tuve relaciones con Juana. Yo esperaba de usted menos hipocresía, más honestidad.
—Nuestro orden jurídico le brinda todas las posibilidades, úselas Burán. Yo creo que en la magistratura está la última reserva de la poca honestidad que aún existe en este país... No hay otro medio civilizado de resolver los conflictos.
—Puede ser —dijo Roberto algo más calmado—, ya veremos... Deberé confiar en los jueces, no tengo otro camino. Pero ¡mucho cuidado!, no traspasen los límites de mi paciencia. Me voy, le pido que no se olvide de dar mi mensaje a sus clientes.
Allegri lo saludó atentamente y, para aflojar la tensión que se había generado, se esforzaba por hacerle entender que sólo cumplía con su deber al representar a Juana Artigas. Estaba dispuesto como fuera, a seguir en el caso; había pactado un veinte por ciento de los honorarios con su clienta. Si tenía éxito en el juicio o lo transaba adecuadamente, le tocarían doscientos cuarenta mil dólares. Si triunfaba, tendría además, derecho a cobrarle los honorarios a Burán. Era sin duda el asunto de su vida, aunque podía ser también el de su muerte...
Copyright © | Ricardo Ludovico Gulminelli, 1990 |
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Por el mismo autor | |
Fecha de publicación | Enero 2001 |
Colección | Narrativas globales |
Permalink | https://badosa.com/n101-46 |
Me gustó la obra: me hizo sentir deseos de seguir leyendo página a página, no sólo por la trama, también porque me sentí identificado con su protagonista, su forma de ver las relaciones, su concepto de la mujer como compañera e igual. Hay también manifestaciones sobre determinados temas (aborto, matrimonio) que comparto y me hicieron reforzar mis propias opiniones.
Soy un asiduo lector y hacía mucho tiempo que un libro no me despertaba tantas emociones. Gracias a Badosa por publicar libros así (además gratuitos).
Creo que se trata de una novela-folletín que, en cuanto atañe a aspectos judiciales, está muy bien documentada; se nota que el autor procede de la abogacía y judicatura. En el e-mail que le envié, le dije que vale más un folletín bien relatado que novela suspirada, pero no conseguida. Salut i tenis-sala.
Como escribe de lo que entiende, se le entiende todo lo que escribe. Salut i tenis-sala.
Éste ha sido un gran libro, donde el lector se va adentrando a la vida de cada uno de los personajes, es un libro bien documentado en cada uno de los temas a los que se refiere. Debo felicitar a Badosa.com por brindarnos este servicio.
Mi opinión es que es una historia excelente. Me atrapó verdaderamente leer el libro, me enseñó, comprendí lo complejo que puede ser un tema que parece tan simple. Es un orgullo tener académicos de tan alto estirpe, espero que el Dr. Ricardo Gulminelli haga otras obras tan interesantes como es Fecundación fraudulenta.
Es un libro muy interesante, muy bien planteado, que lo atrapa en su lectura de principio a fin. Lo recomiendo ampliamente.
Wonderful. I think that the story is fascinating, the situacion is provocative, and the end is surprising. Congratulations. It's a fantastic book. I'm so happy to have found it.
In my opinion, Ricardo Ludovico Gulminelli is an excellent writer... I'm from Miami Beach (Florida) and I have been studying Spanish since 1999 and I'm very happy indeed that I had the opportunity to be able to read this wonderful book. I know that I liked it because he described everything so well, as if he had lived it, and I felt very identificated. I hope to read more materials from Ricardo Ludovico Gulminelli. Thank you!
I fell in love after reading the description of the character Roberto Burán of Fraudulent Fertilisation (Episode 11). The man I am currently dating is so much like him... except, he's not an Attorney. I work with Attorneys. I'm a legal assistant... and I think Attorneys are so fascinating!
Inquietante la secretaria, se llama Estela, como mi hermana ídem de un médico... Un saludo Ricardo,
Un libro que atrapa, una historia plausible, muy bien tratado el tema, mis felicitaciones para el Dr Ricardo Gulminelli.
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