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Fecundación fraudulenta

Episodio 12

Ricardo Ludovico Gulminelli
Tamaño de texto más pequeñoTamaño de texto normalTamaño de texto más grande Añadir a mi biblioteca epub mobi Permalink Ebook MapaMar del Plata, Playa Grande

Ése fue el comienzo; todo lo demás se desarrolló vertiginosamente.

Quizás el desamparo afectivo de Roberto, sus cincuenta años, sus ganas de vivir en intensa profundidad cada instante, o tal vez simplemente la irresistible belleza de Alicia, lo entusiasmaron como si fuera un colegial. Aunque no lo era, por eso, a pesar de su excitación por ella, su naturaleza reflexiva quiso intervenir, analizar lo que estaba pasando. Pero el volcán de sus afectos estaba en erupción, por fin. No creyó, o no quiso creer, que existiera algo anormal o deleznable en la actitud de la muchacha; decidió que su conducta era natural y sincera. Lo más irónico fue que Burán no se equivocó; ella se sentía sumamente cómoda junto a él, por momentos hasta olvidó que estaba cumpliendo una desgraciada misión. En realidad, en esto se parecían ambas conductas. Quiso olvidarlo. Como tanto le costaba aceptar su degradación, inconscientemente prefirió negar la realidad; cuando llegara el momento de acostarse con él, de ser receptora de su semen, simplemente se limitaría a cumplir fríamente su promesa, salvando a su hermana. No podía permitir que nada la perjudicara. Lo cierto fue que, de pronto, se encontraron dialogando los dos como si el resto del mundo no existiera. Los amigos de Roberto no volvieron a acercarse. Guillermo sencillamente desapareció. Poco a poco, Alicia lo fue abarcando todo; era el continente de muchas cosas que Roberto apreciaba. Las sensaciones que le brindaba saciaban su sed de sinceridad, de afecto, de desinterés. Pese a que Burán estaba acostumbrado a controlarse, esta vez se dejó llevar por sus emociones, por la maravillosa espiritualidad que emanaba de Alicia. La experiencia era tan reconfortante que se justificaba en sí misma; detenerse a razonar en ese momento hubiera sido tan estúpido como hacerlo en medio de una intensa relación sexual. Roberto era momentáneamente dichoso descubriéndola, disfrutando de ella deliciosamente a través de todos sus sentidos. Salieron del restaurante, vinculados por un misterioso lazo afectivo tan perceptible como la misma oscuridad. Él estaba deslumbrado; la magia de la presencia de Alicia, por sí sola había cambiado radicalmente su mundo; la brisa transportaba perfumes desconocidos; todo parecía más brillante, más nítido; se sentía capaz de transitar la noche hasta que el amanecer llegara, de explorar nuevos territorios, de experimentar nuevas sensaciones. Apreció claramente cuán carenciado estaba de afecto; el hermético cierre de su alma, lo invalorable que era para él haber encontrado a alguien que despertara sus anestesiados sentimientos. Caminaron los dos por la costanera, por la vieja rambla que lo viera pasar de niño, y que ahora lo recibía en su madurez. Era el mismo, idéntica sustancia; solamente un extraño podría ver la diferencia entre el chico y el hombre. Recordó y sintió la verdad de aquella sentencia: «el anciano es un adolescente con años». ¿Sería posible volver a sentir? ¿Tal vez no estaba concluido el estadio pasional de su vida? ¿Su naturaleza racional quizás no lo era tanto?

—Dulce Alicia —pensó—, tengo mucho que agradecerte, aunque sea sólo esta noche...

Caminaron durante horas, llegaron a Playa Grande, volvieron hasta el Torreón del Monje (remedo de castillo al final de la Bahía más céntrica). Allí se encuentran las playas más populosas de Mar del Plata. A cada paso se sentían más unidos, Roberto tomó la mano de Alicia; ella expresó su asentimiento apretando la de él; no hubo otro acercamiento, ninguno de los dos sintió deseos de traspasar esos límites. Alicia recordaba de a ratos, en súbitos ramalazos de memoria, que él sería muy pronto su víctima, pero apartaba esa idea; se decía a sí misma que por esa noche lo olvidaría.

—Mañana será distinto —se dijo—, enfrentaré la dolorosa situación; lo engañaré.

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Copyright ©Ricardo Ludovico Gulminelli, 1990
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Fecha de publicaciónOctubre 2000
Colección RSSNarrativas globales
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