Cierre de listas transcurre en un mítico y trágico país (Argentina). El autor da sobradas muestras de saber qué nos cuenta. Es así cómo Libonati nos hace vivir este cuento lunfardo con oscuros personajes y la paradoja de describir un Acto Eleccionario. Superlativo, Antonio Libonati. Realmente Libonati vivió y peleó contra la difamación y, en vez de rencor nos deleita, y con placer, a aventurarnos a ese idioma, esa música, esos personajes, esta vida...
Este cuento me transmite angustia y frustración..., enojo y tristeza. Si es el objetivo del escritor, fue exitoso. El lenguaje y el estilo está en su justo punto. Creo que es complejo de interpretar para quien no ha estado cerca de una situación parecida. Interesante.
Sin dudas, el autor conoce acabadamente el mundo aberrante que describe con precisión, agudeza e ironía. Tal vez un excesivo respeto cultural le inhiba transporter fronteras que enriquecerían al relato con verdades aún peores. Ése es nuestro sistema político en Argentina. De allí gran parte de lo que le sucedió y sucede a este país. La calidad narrativa es impecable. Podría resultar complejo de entender a un lector de otros países maduros, por la temática tan localista, superada por ellos al cabo de varias generaciones. Vigente, agudo y con un dejo amargo, sólo capaz de ser endulzado con el uso inteligente del fino humor mordaz, a modo de súplica por el cambio, sin ofensas ni denuncias escandalosas. Felicitaciones.
El autor refleja la realidad de los tejes y manejes de la política en nuestro país, de las vicisitudes a que se exponen los idiotas útiles de los militantes políticos, que creen en la palabra de quienes se creen superiores a ellos. Me gustó mucho este relato verídico.
Me gustaría que publicaran más obras de este autor, el cual pone en sus relatos la simolza de la vida, pero que llega fuerte a sus lectores. Gracias,
Es tan rico, ajustado y jugoso el relato, que parece una fotografía secuencial de lo ocurrido en nuestra sociedad hasta hace no tanto tiempo. Podría considerarse entre tragicómico y en cierto modo naif. Sería muy importante y enriquecedor que tan brillante pluma pudiese darnos una próxima obra conteniendo un correlato descriptivo de la actual forma de hacer política; donde se cambió casi toda esta mala práctica punteril, por otra no menos deleznable: la finalización de la elección interna para elegir candidatos, generalmente reemplazada por la de la tiranía de los medios de comunicación; el vuelco de voluntades a cambio de una porción de la torta publicitaria, o simplemente la venta grosera de megaespacios en los medios al mejor postor. Por lo demás, cabe felicitar a Bianchi por una obra tan atrapante, como entretenida.
Cualquiera puede, a estas alturas de nuestra historia, imaginar la situación que el relato propone. Tanto es así que se mezclan los términos lunfardos con un tiempo verbal presente que golpetea durante todo el derrotero de la historia marcando la coincidencia y la conjunción de realidades entre el ayer y el ahora. Uno se halla inmerso en la posibilidad y lo previsible y, como ya nos ha enseñado la vida tantas veces, lo previsible gana una vez más.
Me gustó mucho. Es simple y rico a la vez. ¡¡¡Mis felicitaciones!!!
Este cuento de Antonio Libonati describe a la perfección la tragicomedia de la realidad política argentina. A través de una prosa sencilla, sin grandilocuencias, la narración es autosuficente para describir y entender la problemática de los aparatos políticos de los punteros que lucran con la pobreza, que hacen de la miseria su forma de vida, la indignidad de los demás y la de ellos es su negocio. Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio decía un cantautor, este cuento describe con exactitud la deformación, la degeneración del mensaje de Perón por parte de quienes se dicen sus herederos. Simplemente exacto, conciso, sin golpes bajos, muy bueno.
Cruda descripción de nuestra penosa realidad.