Interesante forma de describir un malestar que a la larga se vuelve inherente. Hay un punto de pánico que es perceptible.
Recién al promediar el final del cuento, me dí cuenta que era para el abuelo. Y ya al final, me hiciste llorar guachito. Nunca lo había leído y mirá que sigo tus publicaciones. Aunque no lo parezca, todas las personas que se cruzan en nuestra vida, dejan su marca. El habrá contribuído con algún rasgo, en la maraña de genes, que finalmente nos definen. Un cariño enorme.