Hasta ahora había leído a Héctor Lisonje en prosa y me pareció excelente. Me llega ahora su poesía y, en este caso, una visión en la que se destacan el desgarramiento, la vocación de huida, la incomprensión, todo expresado por un profundo conocedor del idioma, que logra una tensión y un ritmo que hacen que uno se sienta en ese mundo que el poeta pinta con movilidad de elementos de honda significación, que se contraponen o se encadenan.