Conque yo soy tu cena de trabajo, ¿eh? —le dijo Matilde a Tomás con un tono pícaro.
—Así es —rió él—. ¿Cómo piensas que puedo venir a verte a estas horas?
—Tuve mucho trabajo hoy —le respondió ella con el mismo tono.
—El lunes disfruté mucho de tu fin de semana con Carmen. ¿Quedó su clítoris tan hinchado como me contaste? No se veía bien en la filmación, ésa es la desventaja de las cámaras ocultas, no captan los detalles más importantes.
—No seas morboso, ¿quieres? No estoy de humor. Esto ya ha avanzado demasiado.
—Vamos —dijo él—. Podemos desaparecer cuando queramos. ¿Por qué crees que alquilé dos departamentos para tus encuentros con Carmen, uno aquí y otro en Punta del Este? En la corporación donde le dijiste que trabajabas no nos conocen ni a ti ni a mí. Ella no conoce tu verdadero departamento y a mí nunca me ha visto. Podemos desaparecer de un día para el otro.
—Sólo piensas en nosotros —respondió ella.
—¿Te estás enamorando?
—No, me da pena.
—No conocía esta veta tuya. ¿Acaso no cobras por tu trabajo?
—Mira, te lo diré claramente. Me considero una gran puta y por eso elijo mi clientela. No tengo ni siquiera una pareja para que no interfiera con mi trabajo. Hago lo que satisface a mis clientes dentro de los límites que yo impongo y te puedo asegurar que pagan gustosos. He hecho y visto las cosas más extravagantes, pero esto es diferente, estamos jugando con alguien, como al gato y al ratón.
—No entiendes, Matilde. Cada vez que más avanzamos algo pasa dentro de mí —comenzó a decir Tomás como si estuviera confesándose—. Algo que crece, algo que me excita, algo que hace que la vida sea distinta, que nos saca de todo lo que aborrecemos. No es que la ame, ella ama a Wanda y jamás me amará a mí. Jamás hubiera contactado conmigo, sólo con Wanda. Darle vida a Wanda es la única forma de poseerla.
—Ha estado con hombres antes de mí. Podrías intentarlo.
—Sí, pero ése es su pasado, me escribió sobre ello, mejor dicho, le escribió a Wanda. Tú lo leíste. ¿Sabes?, a pesar de que disfruto con mi manera de tenerla te estoy envidiando. Desearía estar con ella aunque más no fuera una sola vez. Pero es imposible. Además, aún cuando parezca extraño, no la deseo sin ti, no la deseo sin Wanda.
—¿No estás ya harto de masturbarte viendo los videos de mis encuentros con Carmen?
—En absoluto, pero para cambiar un poco harás un viaje de negocios.
—¿Qué?
—Eso. Te ausentarás por dos semanas. Durante ese tiempo Wanda, o sea yo, se comunicará con ella por mail, como al inicio. La llamarás y le dirás que te surgió un viaje imprevisto para hoy en la noche, que la extrañarás y todo eso. Irás al departamento que te arrendé, harás una valija y saldrás de modo que te vea el portero. Si quieres le comentarás que viajas urgente.
—Está bien, preciso un descanso de esto —aceptó Matilde, haciendo un gesto que parecía demostrar alivio. Inmediatamente se sumió en un largo silencio sin importarle la presencia de Tomás.
—¿En qué piensas? —preguntó él. A veces, en muy pocas ocasiones, el tono de sus conversaciones cambiaba por breves instantes. Parecía como que dejaran de estar en guardia uno con el otro, como que se acercaran más íntimamente, como que fueran realmente un solo ser.
—En que quizás haga un viaje de verdad. Quizás me vaya tres o cuatro días. Algo cerca. Buenos Aires tal vez.
—No es mala idea. Te ves perturbada.
Y en realidad lo estaba. Sabía que nunca había estado tan a gusto con alguien como con Carmen. Sentía el impulso de contarle todo, pero también temía hacerlo. Temía poner fin a la relación. Temía no volver a verla.
Copyright © | Andrés Urrutia, 2001 |
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Por el mismo autor ![]() | |
Fecha de publicación | Noviembre 2007 |
Colección ![]() | Narrativas globales |
Permalink | https://badosa.com/n279-09 |
Tenía ganas de leer algo y por ahí me topé con tu novela. La he leído de corrido y me he quedado deseando el resto. Me llevó fluidamente la lectura, y ganó mi interés. Yo te haría dos o tres correcciones puntuales de sintaxis, pero tendría que volver a leer, debí anotarlas... Además, en concreto en la página dos en un punto la repetición del término "la mujer de los rumores" (que tiene sentido, obviamente) terminó por cargarme.
En fin, felicitaciones.
Tu novela me ha parecido interesantísima, diferente, en fin, me ha enganchado. Ahora estoy esperando leer el resto. Por favor no nos tengas más en ascuas: estoy segura de que hay muchos lectores que esperan la continuación y el final de la novela. Felicitaciones
Tengo muchas ganas de llegar al final de esta novela, que desde hace algún tiempo me tiene enganchada. Por favor, no nos tengas más en espera, ya sólo son 6 capítulos que faltan. Esto ya parece un suplicio... =)
Me gustaron mucho las dos novelas publicadas de este autor. Deseo que publiquen otras obras del mismo. Gracias.
Muy buena narrativa. Lo mejor son las referencias literarias ya que despiertan el interés por leer esas obras, aunque la parte del manicomio no deja de evocar a Sade y los sometimientos a Luna Amarga... En fin, creo que es ese terreno está muy explotado y lo unico que se puede hacer es darle un nuevo estilo a la narrativa, tal vez más ágil o más contemporáneo.
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