https://www.badosa.com
Publicado en Badosa.com
Portada Biblioteca Novelas Narrativas globales
9/20
AnteriorÍndiceSiguiente

La falsa María

Wanda, Tomás y Matilde

Andrés Urrutia
Tamaño de texto más pequeñoTamaño de texto normalTamaño de texto más grande Añadir a mi biblioteca epub mobi Permalink Ebook MapaMontevideo, Pocitos

Conque yo soy tu cena de trabajo, ¿eh? —le dijo Matilde a Tomás con un tono pícaro.

—Así es —rió él—. ¿Cómo piensas que puedo venir a verte a estas horas?

—Tuve mucho trabajo hoy —le respondió ella con el mismo tono.

—El lunes disfruté mucho de tu fin de semana con Carmen. ¿Quedó su clítoris tan hinchado como me contaste? No se veía bien en la filmación, ésa es la desventaja de las cámaras ocultas, no captan los detalles más importantes.

—No seas morboso, ¿quieres? No estoy de humor. Esto ya ha avanzado demasiado.

—Vamos —dijo él—. Podemos desaparecer cuando queramos. ¿Por qué crees que alquilé dos departamentos para tus encuentros con Carmen, uno aquí y otro en Punta del Este? En la corporación donde le dijiste que trabajabas no nos conocen ni a ti ni a mí. Ella no conoce tu verdadero departamento y a mí nunca me ha visto. Podemos desaparecer de un día para el otro.

—Sólo piensas en nosotros —respondió ella.

—¿Te estás enamorando?

—No, me da pena.

—No conocía esta veta tuya. ¿Acaso no cobras por tu trabajo?

—Mira, te lo diré claramente. Me considero una gran puta y por eso elijo mi clientela. No tengo ni siquiera una pareja para que no interfiera con mi trabajo. Hago lo que satisface a mis clientes dentro de los límites que yo impongo y te puedo asegurar que pagan gustosos. He hecho y visto las cosas más extravagantes, pero esto es diferente, estamos jugando con alguien, como al gato y al ratón.

—No entiendes, Matilde. Cada vez que más avanzamos algo pasa dentro de mí —comenzó a decir Tomás como si estuviera confesándose—. Algo que crece, algo que me excita, algo que hace que la vida sea distinta, que nos saca de todo lo que aborrecemos. No es que la ame, ella ama a Wanda y jamás me amará a mí. Jamás hubiera contactado conmigo, sólo con Wanda. Darle vida a Wanda es la única forma de poseerla.

—Ha estado con hombres antes de mí. Podrías intentarlo.

—Sí, pero ése es su pasado, me escribió sobre ello, mejor dicho, le escribió a Wanda. Tú lo leíste. ¿Sabes?, a pesar de que disfruto con mi manera de tenerla te estoy envidiando. Desearía estar con ella aunque más no fuera una sola vez. Pero es imposible. Además, aún cuando parezca extraño, no la deseo sin ti, no la deseo sin Wanda.

—¿No estás ya harto de masturbarte viendo los videos de mis encuentros con Carmen?

—En absoluto, pero para cambiar un poco harás un viaje de negocios.

—¿Qué?

—Eso. Te ausentarás por dos semanas. Durante ese tiempo Wanda, o sea yo, se comunicará con ella por mail, como al inicio. La llamarás y le dirás que te surgió un viaje imprevisto para hoy en la noche, que la extrañarás y todo eso. Irás al departamento que te arrendé, harás una valija y saldrás de modo que te vea el portero. Si quieres le comentarás que viajas urgente.

—Está bien, preciso un descanso de esto —aceptó Matilde, haciendo un gesto que parecía demostrar alivio. Inmediatamente se sumió en un largo silencio sin importarle la presencia de Tomás.

—¿En qué piensas? —preguntó él. A veces, en muy pocas ocasiones, el tono de sus conversaciones cambiaba por breves instantes. Parecía como que dejaran de estar en guardia uno con el otro, como que se acercaran más íntimamente, como que fueran realmente un solo ser.

—En que quizás haga un viaje de verdad. Quizás me vaya tres o cuatro días. Algo cerca. Buenos Aires tal vez.

—No es mala idea. Te ves perturbada.

Y en realidad lo estaba. Sabía que nunca había estado tan a gusto con alguien como con Carmen. Sentía el impulso de contarle todo, pero también temía hacerlo. Temía poner fin a la relación. Temía no volver a verla.

9/20
AnteriorÍndiceSiguiente
Tabla de información relacionada
Copyright ©Andrés Urrutia, 2001
Por el mismo autor RSS
Fecha de publicaciónNoviembre 2007
Colección RSSNarrativas globales
Permalinkhttps://badosa.com/n279-09
Opiniones de los lectores RSS
Su opinión
Cómo ilustrar esta obra

Además de opinar sobre esta obra, también puede incorporar una fotografía (o más de una) a esta página en tres sencillos pasos:

  1. Busque una fotografía relacionada con este texto en Flickr y allí agregue la siguiente etiqueta: (etiqueta de máquina)

    Para poder asociar etiquetas a fotografías es preciso que sea miembro de Flickr (no se preocupe, el servicio básico es gratuito).

    Le recomendamos que elija fotografías tomadas por usted o del Patrimonio público. En el caso de otras fotografías, es posible que sean precisos privilegios especiales para poder etiquetarlas. Por favor, si la fotografía no es suya ni pertenece al Patrimonio público, pida permiso al autor o compruebe que la licencia autoriza este uso.

  2. Una vez haya etiquetado en Flickr la fotografía de su elección, compruebe que la nueva etiqueta está públicamente disponible (puede tardar unos minutos) presionando el siguiente enlace hasta que aparezca su fotografía: mostrar fotografías ...

  3. Una vez se muestre su fotografía, ya puede incorporarla a esta página:

Aunque en Badosa.com no aparece la identidad de las personas que han incorporado fotografías, la ilustración de obras no es anónima (las etiquetas están asociadas al usuario de Flickr que las agregó). Badosa.com se reserva el derecho de eliminar aquellas fotografías que considere inapropiadas. Si detecta una fotografía que no ilustra adecuadamente la obra o cuya licencia no permite este uso, hágasnoslo saber.

Si (por ejemplo, probando el servicio) ha añadido una fotografía que en realidad no está relacionada con esta obra, puede eliminarla borrando en Flickr la etiqueta que añadió (paso 1). Verifique que esa eliminación ya es pública (paso 2) y luego pulse el botón del paso 3 para actualizar esta página.

Badosa.com muestra un máximo de 10 fotografías por obra.

Badosa.com Concepción, diseño y desarrollo: Xavier Badosa (1995–2018)