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Fecundación fraudulenta

Episodio 67

Ricardo Ludovico Gulminelli
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La doctora Bisson y la asesora se mantuvieron calladas: la versión de Roberto las había impactado. Había sido tan espectacular la revelación que intuían que algo de verdad existía tras ella. La jueza expresó:

—Doctor Allegri, comprendo su irritación, pero creo que debería tomarlo con más calma. Estamos en una audiencia previa, son simplemente manifestaciones de las partes. El juzgado sólo tendrá por ciertos los hechos que sean debidamente probados. Quédese tranquilo, por favor...

Allegri se sintió obligado a hablar:

—¡Es que mienten!, ¡es ridículo lo que dicen...!

Mientras tanto, Juanita fingía que sollozaba, como si fuera una mujer débil, incapaz de sostener un diálogo tan fuerte.

Allegri insistió:

—Quiero aclarar, doctora Bisson, que sin probar que existió un delito, no es posible aceptar la fantasiosa versión de la contraparte. Comprenderá el juzgado que, hasta que no haya condena en sede penal, nadie puede ser calificado de delincuente. Sin embargo, eso es lo que graciosamente parece pretender Burán. Yo, tomándome igual licencia, podría decir que es un corrupto, o un asesino. Tendría el mismo derecho, creo que el juzgado debería sancionarlo...

—No comparto su tesis —aseveró la jueza—. Si bien me parece que los juicios del doctor Burán son muy sorprendentes y graves, no deseo aplicarle sanciones, no todavía. Si se demostrara que miente, seré severa en castigar su conducta. ¿Queda claro para todos?

—Nuestro esquema es muy sencillo —expresó Rocío— demostramos con nuestra actitud que, de existir el nexo biológico, asumiremos toda la responsabilidad. De este modo, estamos evidenciando que nuestro interés es evitar que Juana Artigas tenga la patria potestad o la tenencia de su hijo. Más allá de lo económico, deseamos que no se perjudique al niño.

—¡Falso! —gritó Allegri—, ¡jamás escuché una hipocresía tan grande!, ¡no puedo permitir que se siga ofendiendo a mi clienta! Pido al juzgado que ponga límites a la demandada, es absurdo lo que dice. ¡Yo sé por que actúan así! Burán no ignora que las pruebas biológicas demostrarán su paternidad. De nada le serviría ahora negarla... No tiene dudas, él sabe que es el padre. Con este planteo, busca confundir al tribunal y al ministerio pupilar para desacreditar a mi representada. Es claro que de este modo piensan sacar alguna ventaja procesal; pedirán luego una disminución de la cuota alimentaria, o algo similar, estoy seguro. Ruego al tribunal que no prosiga en estas condiciones la audiencia, así no se puede intentar una conciliación.

—No es cierto —dijo Rocío—, al contrario, no sé por qué se enoja el distinguido colega, ¿qué más puede pretender? Le estamos diciendo que el doctor Burán aceptará las responsabilidades de padre, si se prueba la vinculación filiatoria. ¿Por qué se agravia entonces?

—¡Porque está acusando a mi cliente de estafadora!, ¡nada menos que por eso! ¿Le parece poco? —exclamó furioso Allegri.

—Cálmese, doctor —prosiguió Rocío—, de nada sirve que se exprese con tanta violencia... Usted tiene a su alcance las vías legales que juzgue convenientes, si piensa que nuestra actuación puede ser sancionada. Nosotros de modo alguno podemos dejar de decir la verdad, lo que está pasando es demasiado grave. Estamos dispuestos a aceptar las dificultades probatorias que existen... Pero lo más importante es que el doctor Burán está renunciando a su derecho a desconocer a un hijo, que no quiso concebir, ya que de ningún modo tuvo relaciones con la señora Artigas. Téngase en cuenta que, aun así, está dispuesto a asumir la condición de padre, siempre y cuando realmente lo fuera.

Allegri vociferó:

—¡Por supuesto que lo es!, ¡por eso inventaron esta fábula! La idea de la defraudación es novelesca, no puede creerla nadie en su sano juicio.

—¿Le parece? —preguntó Rocío—. Sin embargo no es tan así: la posibilidad que planteamos es plenamente factible.

La asesora interrogó:

—¿Pero cuál es su versión completa? No es suficiente lo que nos ha dicho...

—Ni lo que les dirá —dijo Allegri en tono de burla.

La doctora Bareilles, haciendo caso omiso de la intervención de Allegri, le contestó a la asesora:

—Doctora Fernández, le ruego sepa comprender que no podemos decir todo. Deseamos defendernos correctamente al contestar la demanda; en esa oportunidad, exteriorizaremos toda la situación.

—Bueno, entonces esta audiencia no tiene razón de ser —manifestó Allegri—, ¿para qué continuarla?

—Tiene razón —dijo la juez—, creo que habría que esperar la realización de la pericia médica.

—Sobre esto quisiera pedir algo —expresó Rocío—. La señora Artigas asegura que mi cliente es el progenitor de su niño, ¿correcto?

—Correcto —respondió Allegri.

—Bien, el doctor Burán también está interesado en averiguar si existe en verdad un nexo biológico. No deseamos esperar a que se realice una pericia judicial, demoraría mucho. Contamos con la colaboración de un científico reconocido en la República Argentina y en el exterior, el doctor Saúl Zimbrein. Pedimos que la demandante nos facilite material genético suyo y de la criatura para realizar las pruebas biológicas en forma privada. Reconoceremos la filiación, si el resultado fuera positivo... Si fuera negativo, anticipadamente aceptamos que no se le otorgue ningún valor probatorio. De esta forma perseguimos únicamente que el dictamen se obtenga rápido, en forma confiable para nuestra parte. La señora Artigas entiendo que no se opondrá, ya que no le causa perjuicio alguno esta prueba. Si le favorece el resultado de su realización, le ahorrará tiempo y esfuerzo. En cambio, si desvirtuara la paternidad, aceptamos que no tenga valor. ¿Qué más podría pedir, la parte accionante?

Allegri dijo:

—No sé, no entiendo por qué tanta ansiedad por hacer una pericia particular, temo que están ocultando algo...

—No, doctor —dijo Rocío—, lo que sucede es que estamos casi convencidos de que el chiquito es realmente hijo del doctor Burán. Pensamos que la defraudación existió con toda seguridad, pero queremos sacarnos la duda. Si el niño fuera de otra persona, es evidente que el planteo sería diferente, ¿está claro?

Allegri intercambió unas pocas palabras con Juanita, que seguía representando el papel de víctima. Luego expresó:

—Está bien, aceptado... Cuando quieran, les daremos el material genético.

Rocío aclaró:

—Nuestro perito vendrá a Mar del Plata dentro de tres días para recogerlo: queremos que él mismo certifique su origen.

—Bueno —opinó la doctora Bisson—, me parece que hemos avanzado bastante. Voy a dar por terminada la audiencia, creo que no tiene sentido continuarla. Las posiciones de las partes están claras, lo fundamental es que el interés del menor se encuentra resguardado. Confeccionaremos el acta enseguida. Les ruego que esperen afuera, los llamaré para que la suscriban en aproximadamente treinta minutos. Disculpen la demora, es que quiero redactarla personalmente. Ha sido un placer, hasta luego.

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Copyright ©Ricardo Ludovico Gulminelli, 1990
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Fecha de publicaciónMarzo 2001
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