El santanderino Miguel Ibáñez de la Cuesta firma este cuento sobre estudiosos y objetos de estudio, sobre observadores y observaciones. Detrás del pez grande que se come al chico hay siempre otro pez más grande...
«Durante mucho tiempo me dediqué a la observación con paciencia de pescador. Anotaba, registraba, medía, comparaba. Mi intención era la de llegar a confirmar o modificar, según el más escrupuloso método científico, la hipótesis inicial...»
Claves: tiempo, científico
La rana sabia
Según lo veo, es una forma aplicada de colocar la aceptación del complemento que cada ser representa para los otros, sólo que tomando plena conciencia de ello.
Ativa
La rana sabia
Me ha dejado un buen sabor de Chianti en los labios, pero tal vez no me guste tanto su final borgiano. Esa ambigüedad de ser rana-científico o científico-rana es muy sugerente, pero no contundente. Aun así, me gusta su precisión, su economía de lenguaje.
José Manuel
La rana sabia
Me gusta mucho ese tipo de literatura, un buen cuento corto refleja la sabiduría y destreza de un escritor... La rana sabia y Hacia la obra total son dos puertos extremos de la vida que causan incertidumbre, pero es preferible vivir en la respuesta infinita que poseer la verdad (si existe) y morir.
Anónimo
Fabulaciones es una colección de relatos fantásticos en castellano. Fábulas, parábolas, laberintos y espejos.